La moda siempre ha estado muy unida al cine desde sus orígenes, principalmente durante la época dorada de Hollywood. Aún es mítica la frase de Cecil B. de Mille: «Quiero ropas que hagan soñar al público. No deseo que en mis películas aparezcan vestidos que uno podría encontrar en una tienda.»
Todos recordamos a las Grace Kelly, Rita Hayworth, Ava Gardner y Audrey Hepburn vestidas con esos trajes de alta costura. En aquella época, los magnates de la industria entendían que una parte de la magia estaba en el vestuario de las estrellas.
Uno de los más famosos trajes de Marilyn, el que vestía cuando cantó a Kennedy el famoso «Happy Birthday», fue obra de un experto en símbolos sexuales: Jean Louis, que pasará a la historia por el traje negro que llevaba Rita Hayworth en Gilda. Aquel modelo estaba inspirado en un cuadro y volvió locos a los hombres de medio mundo.
Grace Kelly fue también soberbiamente vestida por otra diseñadora legendaria: Helen Rose, que creó los vestidos de princesa que Grace lució en una película profética, El cisne. Fue también la diseñadora de su traje de novia, elaborado con un encaje de cien años de antigüedad que compró a un museo. Aquel vestido fue el secreto más celosamente guardado de la Metro, y viajó de América a Mónaco en un baúl parecido a un ataúd para esquivar la curiosidad de los paparazzi.
Desde entonces, la costura en el cine ha sido clave para transmitir la historia que nos cuentan y que siempre parezca real. A día de hoy podemos fijarnos en los cuidadosos trabajos tanto en cine como en televisión, que nos dan una idea de la calidad de la confección adaptada a cada época.
Esperamos que os haya gustado nuestra entrada de hoy tanto como a nosotros. Hasta la próxima!!
Fuentes: El Pais, www.blogdecine.com
